Cero emisiones: La producción de hidrógeno verde no emite gases de efecto invernadero ni contaminantes, lo que contribuye a un aire más limpio y a mitigar el cambio climático.
Integración de energías renovables: El hidrógeno verde puede almacenar el exceso de energía renovable, ayudando a equilibrar la demanda de la red y aumentar la confiabilidad de las fuentes de energía renovables como la solar y la eólica.
Versatilidad: El hidrógeno verde se puede utilizar en diversos sectores, incluidos el transporte, la industria, la generación de energía, la calefacción y la agricultura, y ofrece una solución versátil y escalable para múltiples aplicaciones.
Seguridad energética: Al producir hidrógeno a partir de fuentes renovables a nivel nacional, los países pueden reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados y mejorar la seguridad energética.
Crecimiento económico: La industria del hidrógeno verde tiene el potencial de crear nuevos empleos, impulsar la innovación y estimular el crecimiento económico en regiones con abundantes recursos de energía renovable.
Transporte: El hidrógeno verde se puede utilizar como combustible limpio para vehículos de pila de combustible (FCV), autobuses, camiones, trenes e incluso barcos. Ofrece movilidad sin emisiones, especialmente para el transporte pesado y de larga distancia, donde los vehículos eléctricos de batería pueden resultar poco prácticos debido a limitaciones de peso o autonomía.
Almacen de energia: El hidrógeno verde puede servir como una forma de almacenamiento de energía, almacenando el exceso de energía renovable generada durante períodos de alta producción y liberándola cuando sea necesario. Puede ayudar a equilibrar la demanda de la red, estabilizar las fuentes de energía renovables y proporcionar resiliencia a la red.
Generación de energía: El hidrógeno verde se puede utilizar en pilas de combustible para generar electricidad, proporcionando una fuente de energía fiable y limpia tanto para aplicaciones estacionarias como portátiles. Puede complementar fuentes de energía renovables intermitentes como la solar y la eólica, proporcionando un suministro de energía continuo.
Calefacción y refrigeración: El hidrógeno verde se puede utilizar en pilas de combustible o sistemas de combustión para aplicaciones de calefacción y refrigeración residenciales, comerciales e industriales. Ofrece una alternativa limpia y eficiente al gas natural y otros combustibles fósiles, reduciendo las emisiones de carbono de los sistemas de calefacción y refrigeración.
Electrólisis de membrana de intercambio de protones (PEM): La electrólisis PEM emplea una membrana de intercambio de protones para separar los átomos de hidrógeno y oxígeno. Funciona a temperaturas relativamente bajas y es adecuado para aplicaciones a pequeña escala y funcionamiento intermitente.
Electrólisis alcalina: La electrólisis alcalina utiliza una solución de electrolito alcalino, generalmente hidróxido de potasio (KOH) o hidróxido de sodio (NaOH), y funciona a temperaturas más altas. Está bien establecido y se utiliza ampliamente para la producción de hidrógeno a gran escala.
Electrólisis de óxido sólido: La electrólisis de óxido sólido funciona a altas temperaturas utilizando un electrolito de óxido sólido. Puede integrarse con fuentes de calor de alta temperatura, como energía solar concentrada o calor residual industrial, para mejorar la eficiencia.
Producción de hidrógeno fotoelectroquímico (PEC): La producción de hidrógeno PEC implica el uso de semiconductores para convertir directamente la energía solar en hidrógeno. Es un método prometedor para la producción sostenible y descentralizada de hidrógeno, pero aún se encuentra en la etapa de investigación y desarrollo.